El potencial turístico de la comunicación con la Alhambra y Sierra Nevada

Exposición de motivos

Históricamente, la conexión de la ciudad de Granada con su monumento más importante y su entorno natural más inmediato ha sido motivo de preocupación desde el desarrollo de la electricidad en los medios de transporte colectivos, esto es, comienzos del siglo XX.

Granada fue pionera en este sentido al tratar de incorporar los elementos tecnológicos más modernos gracias a la disposición y visión de futuro de personajes que consideraron el turismo antes de que este fuese un motor de desarrollo económico de primer nivel.

Destacar en Granada las iniciativas de Nicolás de Escoriaza con el tranvía de cremallera a la Alhambra y de Julio Quesada Cañaveral y Piédrola Duque de San Pedro de Galatino, impulsor del tranvía de Sierra Nevada.

El tranvía a la Alhambra

No se había cumplido ni un mes de la inauguración del servicio de tranvías eléctricos de la ciudad de Granada, hablamos de finales de Julio de 1904, cuando su gerente, Nicolás de Escoriaza, anunciaba los próximos proyectos para la ciudad, entre ellos la conexión con la Alhambra a través de un funicular que partiría de la Carrera del Darro junto a los baños árabes y llegaría a las cercanías del Cubo de la Alhambra.

Las reacciones no se hicieron esperar y pronto se hicieron eco en los diarios las voces contrarias, aunque también minoritarias, a este trazado aduciendo el poco respeto por el entorno y la ruptura de armonía estética del conjunto histórico del río Darro y la colina de la Alhambra.

Entre las voces contrarias y más influyentes para que este proyecto no se llevara a término estaba la de D. Julio Quesada de Cañaveral y Piédrola, Señor de Láchar, Conde de Benalúa y Duque de San Pedro de Galatino. Su actitud contraria no se debía tanto al transporte de Granada con su principal monumento como al trazado en sí mismo. Y es que este activo aristócrata empresario proyectaba un gran casino hotel en la colina de la Alhambra pero dominando el barrio del Realejo, para lo cual una línea ranviaria que pusiera en comunicación la ciudad, el nuevo hotel y el gran monumento granadino colmaba sus aspiraciones.

De hecho, casi con toda seguridad, la campaña contraria al funicular orquestada con el envío de editoriales anónimos a los diarios se la podemos atribuir al Duque.

La solución alternativa no tardó en hacerse pública: a finales de Marzo de 1905 se anunciaba que el Duque de San Pedro cedía una concesión de ferrocarril de vía estrecha a Santa Fe a favor de la sociedad Tranvías Eléctricos de Granada a cambio de incorporarse al Consejo de Administración de esta empresa y de establecer la línea de la Alhambra a través del Realejo y pasando por la puerta del futuro hotel Alhambra Palace.

La concesión fue otorgada por el Ayuntamiento el 12 de Septiembre de 1905 y seguidamente se iniciaron las obras, inaugurándose la primera sección hasta las Vistillas de los Ángeles con tranvía por adherencia simple el 25 de Diciembre de 1905. El segundo trozo, hasta el Campo de los Mártires, se demoró hasta el día 22 de Diciembre de 1907, tras encontrar dificultades en el recorrido que obligaron a la expropiación y derribo de algunas casas que facilitaran el tendido de la vía, siendo en las calles del Caidero y de la Antequeruela de cremallera del tipo Riggenbach.

El tranvía-ferrocarril de Granada a Sierra Nevada

El popular y querido Tranvía de la Sierra (21 de Febrero de 1925-† 20 de Enero de 1974) fue uno de los pioneros en lo que a ferrocarriles españoles de montaña se refiere, junto con el ferrocarril Eléctrico de Guadarrama y el cremallera de Ribes de Freser a Nuria, paradójicamente aún en funcionamiento. Destacó por su carácter eminentemente turístico, con la finalidad de mostrar al público en general las bellezas del macizo penibético a través de un medio de transporte colectivo y generar riqueza a raíz del creciente interés por las actividades de ocio relacionadas con la montaña, mediante la construcción de hoteles y albergues, siguiendo el ejemplo de los mejores establecimientos suizos del momento. Hablamos de los años 20.

El impulsor de este importante proyecto fue Julio Quesada Cañaveral y Piédrola, duque de san Pedro de Galatino, Conde de Benalúa y de las Villas y Señor de Láchar, un hombre adelantado a su tiempo, polifacético en sus actividades y siempre inmerso en proyectos empresariales que buscaron el despegue económico de la provincia granadina. Fue el promotor del Hotel Alhambra Palace, de gran lujo para su tiempo e inaugurado en 1910 por el rey Alfonso XIII, amigo personal del duque. La admiración por Granada y Sierra Nevada le llevó a constituir y presidir la sociedad que construyó su obra más querida, el Tranvía de la Sierra, que conectaba con el Hotel Sierra Nevada (o del Duque), sucursal del Alhambra Palace, promovido también por éste y destinado a promocionar los valores de Sierra Nevada. Fue inaugurado el 20 de Marzo de 1925 con todas las comodidades del momento, siendo el primero de España en disponer todos sus servicios de corriente eléctrica, cuya limpieza y rapidez eran el éxito de los hoteles de Suiza, energía que era dispensada por la sociedad fundada en 1921 por el duque “San Pedro. Eléctrica del Maitena”. El coste del hotel ascendió a los dos millones de pesetas.

Sin embargo, la historia de este ferrocarril ha estado sujeta a una suerte de dificultades y de circunstancias, no siempre explicables, que terminaron por convertirlo en un proyecto incompleto que no llevaba a ningún sitio. La construcción del embalse de Canales, inaugurado ¡catorce años después! de la clausura del tranvía, fue el colofón de una serie de adversidades que acompañaron el devenir de este malogrado Tranvía de la Sierra, entre ellas el archivo de un proyecto de construcción aprobado por el Consejo de Ministros por Ley de 9 de Diciembre de 1951 de un teleférico desde el final de la prolongación de la línea, en el Barranco de San Juan, que llevaría a los turistas a la zona de los Peñones de San Francisco, con un recorrido lineal de 2 Km y un desnivel de algo más de 1.000 m.

¿Qué propone la AGRAFT?

En este sentido defendemos que deben fortalecerse los vínculos entre la ciudad de Granada y su monumento más importante, así como con su macizo montañoso del que también es motivo de orgullo por disponer de una de las estaciones de esquí más importantes del país.

La unión Granada-Alhambra ha quedado un poco desarraigada gracias al nuevo acceso para vehículos que conecta con la Ronda Sur. Dicho acceso es necesario, pero debe tener su complemento con un acceso que lo distinga en su conexión con el centro histórico. Como posibles trazados disponemos de la Cuesta de Gomérez, la Cuesta de los Chinos o el Realejo y la Antequeruela, y como elementos ferrotranviarios para su instalación, los cremalleras y los funiculares, presentes en casi todas las ciudades con un monte mirador o un castillo que domina la ciudad (Alicante, Barcelona, San Sebastián, Bilbao).

Respecto de la conexión con Sierra Nevada, valoramos positivamente el proyecto de teleférico desde Granada como iniciativa empresarial, pero entendemos que no es el medio adecuado para ofrecer una alternativa de transporte al vehículo privado y al autobús como acceso a la estación de esquí. Por otro lado, no nos parece coherente el modelo de acceso y de funcionamiento de la
estación en general. Actualmente acceden a la estación unos 350.000 vehículos al año, de los cuales casi la mitad son en temporada invernal, con una media de 1.500 vehículos por día. Se impone una restricción severa de los vehículos que accedan a la estación, un servicio eficaz de transporte público en el núcleo urbano y un transporte alternativo a la carretera que termine imponiéndose como verdadero modelo de desarrollo sostenible, en este caso sería un ferrocarril en cualquiera de sus posibles variantes (tren-tram o cremallera al estilo del que permite el acceso al Valle de Nuria).

Se plantea la necesidad de realizar los estudios de viabilidad necesarios encaminados a la implantación de un tren-tram o metro ligero que ponga en conexión la ciudad de Granada con la estación de esquí. Se debe hacer lo posible por cambiar el modelo de gestión y explotación del turismo de nieve, en caso contrario, el cambio climático y el aumento de la temperatura global en Pradollano por las emisiones masivas de CO2, harán subir sobremanera la cota de nieve, haciendo cada vez más difíciles las temporadas de esquí.