Carlos Peña Aguilera, Presidente de Agraft

El 22 de Marzo de 2014 se cumplen cien años de la llegada del tranvía a la localidad de Maracena. Un día como éste, pero de 1914 la localidad granadina se echó a la calle para dar la bienvenida a un medio de transporte que era todo un símbolo de progreso y modernidad, incluso frente al propio ferrocarril.

La prensa de la época así lo recogió en sus crónicas, reflexionando, a la vez que se describía lo acontecido, sobre la importancia de la iniciativa de la Compañía Tranvías Eléctricos de Granada S.A. (TEGSA), una empresa que comenzó como concesionaria de transporte público urbano de la ciudad, pero que a partir de 1912 trazó un plan de expansión comarcal que en poco menos de 20 años estableció un red suburbana que fue un referente en muchos aspectos, bajo la dirección del ingeniero D. Alfredo Velasco Sotillos.

Esta empresa fue pionera e innovadora al establecer una red ferroviaria interurbana a partir de un trazado tranviario urbano, al explotarla con material tranviario y material ferroviario específico para mercancías, al pretender conectar Granada con la costa, y ante la imposibilidad de llegar con sus propios recursos por falta de subvención del Estado, construir el cable aéreo más largo de Europa en su época entre Dúrcal y Motril, con ramal a Órgiva.

TEGSA formaba parte de un grupo empresarial de capital español que contó con la participación de importantes entidades financieras. La cartera de negocios del grupo se centraba en las explotaciones mineras, las azucareras, el transporte marítimo y la generación de energía eléctrica. Esta última actividad fue la más destacada, llegándose a crear la cuarta empresa eléctrica de Andalucía, llamada Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín.

La espectacular expansión de los años 20 pronto se topó con la crisis mundial de 1929, llevando a la empresa de los tranvías granadinos a la suspensión de pagos en los primeros años 30. Una serie de decisiones equivocadas y oscuros intereses que las malas lenguas y el saber popular atribuyen a los intereses comerciales de la burguesía malagueña, políticamente bien posicionada, dieron al traste con la iniciativa más potente de vertebración del territorio de Andalucía Oriental, que pretendía articular el eje Jaén-Granada-Motril y desechado por las grandes compañías ferroviarias de vía ancha por su elevado coste.

Cien años después, los proyectos ferroviarios vinculados al puerto de Motril y al Corredor Mediterráneo siguen expectantes y la primera línea metropolitana del nuevo tranvía se está encontrando con numerosos obstáculos económicos, políticos e incluso ideológicos, que están dificultando su definitiva puesta en marcha. Conviene recordar con orgullo que la línea del   tranvía a Maracena fue la primera del ambicioso plan que emprendió TEGSA en el primer tercio del siglo XX y que con muchas dificultades se mantuvo hasta su desmantelamiento definitivo en 1974 por parte de la empresa estatal Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE). En 1971 Tranvías Eléctricos de Granada se convirtió en operador de transporte por carretera y así se ha mantenido hasta la compra por parte de su histórica enemiga, Transportes Rober, la empresa que le arrebató la concesión municipal en 1962, y que ahora se llama Tranvías Metropolitanos de Granada. Si D. Alfredo Velasco levantara la cabeza…

Enlace a vídeo de youtube:

Maracena.tv / Una exposición recuerda la llegada del tranvía a Maracena hace cien años

Editorial en Ideal 08 de abril de 2014