Carlos Peña Aguilera, Presidente de Agraft (23-11-12)
El 23 de Noviembre de 1912 se inauguraba la primera línea interurbana de tranvía de la Compañía Tranvías Eléctricos de Granada. En poco menos de ocho años desde su constitución, se habían construido cerca de 25 kilómetros de líneas, de los más de 100 con los que se llegaría a contar definitivamente.
La línea de Gabia fue el germen de la expansión comarcal de la red tranviaria granadina, partiendo de la consideración de Granada y su Vega como un todo al que proporcionar soluciones efectivas de transporte para viajeros y mercancías. Esta línea, junto a la de Maracena y Atarfe serían las únicas construidas bajo la concesión de tranvía interurbano. Las siguientes se establecieron bajo el régimen de ferrocarril secundario, de manera que se agilizaban la burocracia, los costes de establecimiento y se alargaban los periodos de concesión. De este modo, en poco menos de 20 años, la empresa de los tranvías granadinos era una de las más prósperas del país en su género, atrayendo las inversiones de los principales bancos y capitales del país. Por entonces, la conexión con la costa dejó de ser una quimera, aunque oscuros intereses que aún deben ser estudiados y difundidos a los granadinos impidieron su finalización.
La memoria publicada para el periodo 1911-16 habla de cómo la construcción de las líneas de Gabia, Maracena y Santa Fe suponen “el hermanamiento de los intereses de la Compañía con los del país, pues no cabe duda que las líneas construidas contribuyen eficazmente al bienestar y a la prosperidad de los habitantes de Granada y de parte de su Vega.”
Seguidamente se continuó la ampliación de la línea de Maracena hasta Pinos Puente, la de Santa Fe hasta Chauchina, quedando sin realizar la unión de todas ellas a través de Atarfe, Santa Fe y Cúllar Vega, que hubiera sido de una gran importancia en los años posteriores al evitar el paso por la ciudad de Granada, con un tráfico rodado cada vez mayor.
La inauguración del tranvía a Churriana de la Vega y Gabia la Grande supuso modernidad y rapidez en el transporte para sus habitantes. Su puesta en marcha fue considerada como un gran acontecimiento con repercusión incluso en la prensa nacional. Tras casi sesenta años de servicio, el tranvía que languidecía a la par del régimen franquista fue sustituido por un servicio de modernos autobuses. Tranvías Eléctricos de Granada no podía hacer frente a una explotación medianamente rentable y entregaba al Estado todos sus activos a cambio de de dos concesiones de autobuses que sustituían a los tranvías de Gabia y Atarfe. Era el 1 de Noviembre de 1971, y ese día los billetes fueron gratuitos.
El recuerdo de esta efeméride despierta la añoranza de los más mayores, aquellos que los usaron y los vieron pasar durante toda una vida, aunque también demuestra la vigencia de aquellas iniciativas que promueven el desarrollo y la prosperidad de un territorio como el granadino, en búsqueda constante de su propia identidad desde hace bastante tiempo. Los granadinos necesitan creer en un proyecto común, y durante el primer tercio del siglo XX ese proyecto fue el impulsado por la Compañía de los Tranvías Eléctricos de Granada.
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